Emigrar trae consigo un sinfín de cambios en la vida y la rutina de las personas. Cambiar de casa, de trabajo, de universidad o en el caso de los más pequeños cambiar de colegio. El emigrante entonces debe adaptarse a un nuevo hogar, lo que suele ser bastante difícil. En consecuencia predomina el sentimiento de nostalgia o añoranza por lo que han dejado atrás.

La herencia cultural de los latinoamericanos con frecuencia suele chocar con la cultura y las costumbres del lugar al que recién llegan. Esto hace un poco cuesta arriba lo que muchos llaman adaptación intercultural. Pero esto no tiene porque desanimarte. Hoy traemos algunos consejos que te ayudarán en la transición complicada pero necesaria.

En primer lugar, enfrentar cada día con una actitud positiva y con la mente abierta te ayudará a ir asimilando mejor los cambios y las diferencias que pueden generar cierta ansiedad. A ello debes agregarle ser paciente contigo mismo, este proceso, como todo, toma tiempo y si te presionas no lograrás nada.

De igual forma, las actividades de esparcimiento pueden ayudar a relajarte y a conocer personas tanto del lugar al que te mudaste, como a quienes pasan o pasaron por la misma situación en la que ahora te encuentras. Desde hacer ejercicio al aire libre, salir a caminar, hasta ir a tomarte un café o un trago por la noche, todo es válido. Lo importante es  adaptarse sin  aislarse y así distraerse de vez en cuando.

Siempre es importante ser receptivo respecto a las costumbres del lugar que ahora será tu hogar, trata de no juzgar sino más bien entender la forma en que las personas hacen ciertas cosas e incluso intentar probarlas, es posible que te lleves una sorpresa.

Recuerda que el primer año será duro, pero poco a poco irás encontrando cada vez más ventajas en el hecho de emigrar. De hecho, te sentirás más cómodo en tu nuevo hogar. Las diferencias respecto a la seguridad y la tranquilidad serán razones de peso que te harán sentir cada vez más seguro respecto a la decisión que tomaste.

Finalmente es importante que no pierdas tu norte, tu razón principal para emigrar, tus metas y propósitos. Mantén la perspectiva y busca motivación en la calidad de vida que de ahora en adelante podrás disfrutar.